En los países occidentales vivimos con estrés excesivo, que causa graves problemas de salud. Para remediarlo, algunos recurren al yoga, pero se equivocan porque esa disciplina es muy aburrida, tal como explica nuestro Director General, el Doctor Gominolo: “tras estudiar a un amplio grupo de población que practica el yoga y hacer las pertinentes correcciones de cara a elaborar estadísticas con un mínimo margen de error, puedo determinar que el yoga es un rollo de mil pares de cojones. Hay que ver lo que me he aburrido con esa mierda.” Por tanto, queda claro que es mejor hacer otra cosa. Más vale que nuestro Presidente de Honor, Revillita, inventó en 2018 el yoga con katiuskas, que no es una actividad cansina, al contrario, es un deporte muy completo que aúna técnica, concentración y preparación física. Además, no es caro, para practicarlo basta con un pantalón, una camiseta, un par de katiuskas y una escobilla de váter. A partir de ahí, comienza la emoción: dos rivales que miden sus conocimientos y se animan mutuamente a base de cebollazos en el morro con la escobilla de váter en un ambiente mitad competitivo, mitad colaborativo, que resulta muy estimulante y alivia tensiones de manera eficaz. Como muy bien explica Revillita, “si te dicen un mantra susurrando, igual ni te enteras, pero si lo acompañan de un buen leñazo con la escobilla del váter, la argumentación resulta más sólida porque el lenguaje de la escobilla es universal y lo entiende todo el mundo.”

Desde la Fundación Calzoncillos sin Fronteras animamos a todos a practicar yoga con katiuskas para beneficiarse de sus efectos tan favorables para la salud.

Más información en www.deportesconkatiuskas.com