Distinción a Pete Sampras

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Numerosos estudios demuestran que el tenis es el deporte más peligroso que existe, con mucha diferencia respecto de los otros. Cada vez que un tenista sube a la red, se expone a recibir un pelotazo en sus ovoides, que además de ser doloroso en extremo, puede provocarle los mismos terribles efectos que la Cencerrosis Escrotal Conmutativa. Desde nuestra Fundación Calzoncillos sin Fronteras queremos rendir un sentido homenaje a todos esos hombres y mujeres valientes que asumiendo el riesgo, son capaces de empuñar una raqueta y salir a la pista arriesgando lo más preciado. Y lo hacemos en la persona de Pete Sampras, al que hemos nombrado Socio de Honor con calzoncillo negro Primer Dan. Nos sentimos honrados al unir su nombre con el nuestro. En las siguientes líneas, llenas de emoción y sentimiento, el Dr. Gominolo destaca los éxitos deportivos de Pete Sampras y afirma que “pocas veces alguien habrá recibido una distinción con mayor merecimiento, pues el palmarés deportivo de este tío es pa cagarse”. Además, nos aporta una breve biografía preparada por él mismo en la que se recogen los aspectos principales de la vida del gran tenista.

Biografía de Pete Sampras escrita por el Doctor Gominolo.

Pete Sampras Antúnez nació en Villarrobledo (Albacete) en 1971. Es hijo de inmigrantes estadounidenses que en los años 60 se instalaron en España en busca de oportunidades y un mejor futuro, atraídos por la potencia tecnológica de nuestro país. Pete vivió una infancia feliz junto a sus padres, sus tres hermanos, el perro, un dirigente de Comisiones Obreras que solía visitar a su madre cuando no estaba el padre, y un monovolumen gris plata en el que cabía de todo, incluso otro monovolumen (más pequeño, obviamente). Desde temprana edad mostró grandes dotes para joderlo todo, especialmente con la raqueta, ya que solía perder la pelota a menudo y tenía que darle a algo. Su madre, Doña Remedios, solía decir con resignación: “este niño mío parece tonto, hay que joderse.” No sabía la buena señora que estaba asistiendo a los primeros pasos de un futuro gran tenista.

Pete comenzó muy pronto a destacar y con tan solo diez años era ya el mejor tenista de Albacete, casi nada. Entonces se planteó dar el salto a Murcia, que eso ya son palabras mayores. Durante esos años compatibilizaba los entrenamientos con los estudios, lo cual le resultaba muy fácil porque le suspendían siempre y no le importaba. Eso es fair play, algo que siempre le ha caracterizado.

Además, completó su formación técnica con un curso que hizo en CCC para aprender a pelar pimientos, por si le fallaba lo del tenis. Pero no le falló. En 1986, con tan sólo catorce años, Sampras debutó en la ATP (fue el tenista de Albacete más joven en conseguirlo y también el primero en ir en avión), y poco a poco fue subiendo puestos. Terminó ese año en el lugar 812 y si no terminó en el 811 fue porque no quiso. El año siguiente se le dio bastante bien y ganó el Open de Matalascabras, en las categorías de individual, dobles y femenino (se puso una peluca y engañó a todos los cabrones de la organización).

Durante esos años, su progreso fue notable, es decir, progresaba notablemente. Cada vez con más frecuencia se enfrentaba a los mejores del mundo e iba sumando victorias y escalando en el ranking de la ATP. En 1993 consiguió el ansiado Nº 1 del mundo, y mantuvo esa posición durante 272 semanas. “Me se hicieron muy cortas”, solía decir Sampras una vez retirado.

Fue un periodo de grandes duelos con los tenistas más grandes del momento, Boris Becker, Ivan Lendl, Antoñito Pescuezo, etc. Con André Agassi disputó partidos apasionantes en las finales de varios grandes torneos. Para Agassi, han sido los mejores partidos del tenis moderno, al menos desde que se juega con raqueta: “eran partidos a cinco sets y duraban varias horas, siempre se decidían en el tie break del quinto set, no podían ser más disputados. Lo que sigo sin explicarme es para qué cojones jugábamos los cuatro sets anteriores, bien pensado es de cabestros.”

Durante esos años, Sampras ganó todos los torneos del Grand Slam excepto Roland Garros (“siempre me se atragantaba la tierra batida, las cosas como son”) y logró el récord de victorias consecutivas, dejándolo en treinta y ocho, cifra no alcanzada hasta ahora por ningún otro tenista de Albacete. Sin embargo, su dominio iba a durar menos de lo esperado, ya que en 1998 le detectaron un problema de espalda, concretamente en la quinta vértebra vertebral, que le impedía pegar a la pelota con fuerza y le causaba grandes dolores. Se sometió a todo tipo de pruebas para conocer la causa de dicha lesión, y los traumatólogos le acabaron diagnosticando “esponjosis dorsal reiterativa”, un mal bastante extendido entre los tenistas, butaneros, cazadores de cangrejos, etc.

Sampras aguantó varias temporadas disputando menos torneos y no pudiendo desplegar su tenis con la contundencia que le había llevado a lo más alto. “Eso es porque me duele la espalda, no te jode”, se justificaba el gran campeón. En 2001, a punto de cumplir los treinta años, se retiró para dedicarse a los negocios, en los que siempre ha demostrado moverse con soltura. Posee varios criaderos de grapadoras que le proporcionan enormes beneficios, y además tiene un estanco en Móstoles. Su nombre queda entre los más grandes tenistas de la historia junto a Federer, John McEnroe, Borg, Torrebruno, etc.

Su estilo

Pete Sampras ha sido un tenista muy completo. Tenía un servicio devastador, golpeaba la pelota a una velocidad de 230 Kilómetros por amperio, lo que le aseguraba muchos puntos de saque. Su segundo servicio era muy preciso, con el valor añadido de no cometer dobles faltas (“eso es para que no le den tantos al rival, soy un lince”). Su revés era muy potente, una vez le dio una hostia a un chino y le saltó media dentadura, y eso que le golpeó en el culo.

Además, se movía por la pista con rapidez y dominaba el tanto para poder emplear sus golpes ganadores, el drive y el pase de pecho. Por otra parte, cuando el partido se complicaba, no perdía la calma, pues era muy fuerte mentalmente (podía romper una sandía de una cornada, incluso estando dentro del contenedor). En definitiva, Sampras ha pasado a la historia como un tenista eficaz y completísimo. Cabe añadir que también destacaba en otras actividades, por ejemplo, era muy bueno persiguiendo culebras y montando muebles del Ikea, por citar dos deportes olímpicos.

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